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En invierno...poda
Es lo que toca.  Finalizada la vendimia de la cosecha 2.014 allá por el 22 de octubre y tras recoger y limpiar todos los equipos de transporte de uva y disfrutar de unos días de vacaciones, comenzamos los trabajos propios de la poda de invierno a mediados del mes de noviembre.  El viñedo mantenía aún el 90% de sus hojas debido a que las temperaturas eran muy bonancibles y tardaba en llegar la primera helada.  Las hojas comenzaron a caer debido más a la acción de las lluvias y de los fuertes vientos que al frío. hielo2Hasta que cayó la totalidad de la hoja y pudimos comenzar a prepodar, nos centramos en ir recorriendo los viñedos, examinando cepa a cepa para detectar aquellas muy envejecidas por la edad o por enfermedades de madera y que habían perdido su capacidad productiva casi en su totalidad.  Es necesario intervenir sobre ellas para rejuvenecerlas y poderlas dotar de nuevas estructuras de producción.  Básicamente, el trabajo consiste en cortar los brazos que se han ido secando y reconstituirlos a partir de brotes surgidos del tronco en posiciones adecuadas.  Es una especie de 'intervención quirúrgica' muy traumática que exige tomar una serie de precauciones para que la operación no tenga consecuencias negativas a medio plazo.  Así, al igual que los cirujanos en los quirófanos, las heridas efectuadas las sellamos y desinfectamos con productos adecuados y los órganos amputados los sacamos fuera de la finca para quemarlos in situ o para aprovecharlos como combustible en cocinas, chimeneas y barbacoas.  ¡¡La madera de las cepas hace muy buena brasa para asar chuletones o pimientos del piquillo!!!.  De esta manera evitamos futuras recontaminaciones y recaídas.A 1549 Acabado este delicado trabajo, prepodamos las viñas en todos nuestros viñedos y posteriormente, abordamos la poda manual, cepa a cepa, sarmiento a sarmiento, que se prolongará hasta casi finales del mes de marzo.  Podríamos acabar antes si empleáramos más personal, pero preferimos hacerlo con pocos podadores pero muy experimentados con el objeto de controlar al máximo la calidad del trabajo ya que una poda efectuada de una manera incorrecta repercutirá negativamente en la futura cosecha y, lo que es peor, acortará la vida de las cepas provocando un envejecimiento prematuro. B 1606Es un trabajo de precisión ya que el podador debe conocer el comportamiento de cada variedad, de cada viñedo y de cada cepa.  De alguna manera debe saber interpretar lo que cada planta le está mostrando con su aspecto y actuar en consecuencia.  Así:  
  • En cepas y sarmientos muy débiles dejará pulgares muy cortitos con pocas yemas para que las plantas produzcan poca cosecha y se revigoricen.
  • En cepas y sarmientos muy fuertes procederá al contrario ya que interesa debilitar.
  • En Garnacha dejará más yemas que en Tempranillo. Hasta 14 frente a 10 o 12 ya que la Garnacha es muy sensible al corrimiento de flor.
  • El Albariño se procederá a podas largas dejando varas de 6 o 7 yemas en lugar de pulgares de una o dos yemas, de lo contrario, producirá muy poco.
En fin … todo un mundo de creatividad.

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